Imperdible!

Al agua Jamón!

y ahí estaba el jamón cocido! rodando para darse el chapuzón que cualquiera hubiese querido darse con el calor de los últimos días. Tratando de escapar de la fiambrera, quien amenazaba con filetearlo salvando el último trozo que utilizarían para la picadita. Desde el otro lado del mostrador, solo se lo vio saltar al vacio, cuando vi las gotas salpicar respire. Seguía sin ver donde se había zambullido. Fui el único espectador. Sin nadie más pudiendo observar, corrí impacientemente para ver donde se refrescaba, Y ahí estaba, un balde verde medio lleno. Enseguida busqué un cómplice para salvarlo, pero ya era tarde, dentro del balde sólo había agua con jabón blanco y un trapo viejo. El jamón ya no estaba, tampoco las gotas que salpicaron armoniosamente como cuando un jamóncae al agua. Anonadado por tal desilusión huí. Espero algún día volver y encontrar al queso con ganas de contarme la verdadera historia.